Cuando me sorprendió la noche,
ya era tarde, mi luz nació.
Se cerraron los ojos y el cielo apareció.
!sueño! Yo solo escuchaba campanas y el
silencio empujaba mi desvarío, soñé, pero
el sueño era real, viví, era una tierra
de labranza, los frutos yacían, era
una tarde serena, volví para quedarme
he aquí la esperanza y allí el ruego,
horas diminutas en polvo lastimero !dime!
Son celestes los mares de tu silencio? !que
blanco y caliente los rumores de
quien perece!
Vives? Dime, dónde la ausencia descansa...
Y si es peregrina el alma que
duela. Se cerró el cristal de la fortuna,
tormenta que descansa en los edenes
de Dios.
!dime!.... Que ahora el verde de la
esperanza, es abismo, es hogar, es camino
y destino, es oscuridad, danza de
quien celebra o dientes que rechinan
en la inmensidad.
!Dime! !oh, comienzo del final...!
- Autor: poetalibre ( Offline)
- Publicado: 20 de julio de 2016 a las 21:05
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 88
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios2
Muy hermosa y tu pluma, estimado poeta y amigo, al haber dedicando tus primorosas estrofas a expresar soberanamente tus sentimientos más profundos...
Un placer leer tus versos amigo Poetalibre...
El Hombre de la Rosa
Muchas gracias estimado amigo hombre de la Rosa.
Un abrazo.
Muy bien dibujados las plataformas de ese mundo desconocido. Muy bonito. Un placer leerlo. Le invito a que me lea.
Abrazo fraterno desde Perú
Muchas gracias estimado compañero de letras!!
Un saludo.
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