Aquella mujer provocadora,
Camina moviendo sus curvas,
Como aquel barco en alta mar.
La veo sonriendo con deseo,
Es tan hermosa su forma de caminar,
Deleita a cada paso que da.
Tiene curvas pronunciadas,
Sonríe como una diosa griega,
Pero contrasta con su piel morena.
Mi mirada se pierde en su andar,
Exquisito verle la prisa al pasar,
Tiembla mi voz al quererle hablar.
Su melena de descendencia africana,
Negra brilla ante la luz que la persigue,
El viento la saca a bailar en su llegada.
Es impresionante su belleza,
Descomunal de pies a cabeza,
Se impone como una princesa.
Valiente soy al querer oír su voz,
Dichoso me vuelvo al tener ese privilegio,
Que sonido tan bello emana de su cuerpo.
De cerca todo es más alucinante,
Magnifica su cara de ángel,
Quisiera vivir eternamente en este instante.
Oh mujer tan divina,
Es tan hermosa tu sonrisa,
Volaría al lugar que dijeras tan solo por hacerte mía.
La blancura de sus dientes es radiante,
Parecen de marfil de elefante,
Me pierdo en todos sus detalles.
En sus pómulos un lunar,
Dos hoyuelos que la hacen más especial,
Y una boca que me provoca quererla besar.
Perdido estoy en este lugar,
La quisiera secuestrar,
Pero sé que eso sería ilegal,
Así que con disimulo le digo:
“Chica tienes clase quisiera invitarle un baile,
Pero primero, ¿Me permite acompañarle?
¿Mostrarle mi mundo en un viaje?
Sin más aquella dama y yo,
Estrechamos las palmas de las manos,
Y sin apuro ahí vamos caminando,
Con pena, felicidad y risa, a cada paso que damos sin prisa.
- Autor: ErC ( Offline)
- Publicado: 23 de julio de 2016 a las 17:59
- Categoría: Amor
- Lecturas: 147
- Usuarios favoritos de este poema: Rafael Parra Barrios, Dulce
Comentarios2
Una musa perfecta ante sus ojos. Bello poema.
Saludos fraternos
Así comienza el amor, con la atracción del andar, que sensual poesía, saludos
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