Soñabas con tu libertad
todas esas noches perdidas
y te despertabas siempre sola
o mal acompañada.
Abrazada a tu almohada
y en el letargo
eras fugitiva del deber
esclava del insomnio.
Y tu corazón
le enviaba telegramas urgentes a la suerte
para poder volver a reír
para volver a amar.
Y hurgábas en tu caja de recuerdos
para ver si sacabas trozos
de felicidad ya vivida
para tratar de olvidar.
Pero ni dormir te hacia
escapar de la rutina
de ser menos tú y muchísimo
menos para ser nosotros.
Pero era necesario
y cuando despertástes
fuimos nosotros
porque tu necesidad
conoció la mía.
Y fue inevitable
cuando aquella noche
la lluvia no pudo
apagar la fogata.
Y la fogata no pudo secar
la hierba humedecida
por la lluvia de mis besos.
Y las nubes no ocultaron
la luna que nos alumbraba fijamente.
Y todos fueron cómplices
de nuestra libertad
y nos quisimos libres
como un viento suave.
Porque no éramos nadie
para mutilar la libertad
y nos quisimos libres
libres de nosotros y otras penas.
Libres para ir y venir
tomados de la mano
recorriéndonos al anochecer
y yo buscando los suavísimos
olores de tu cuerpo.
Besos traviesos con los que
nos cubrimos cada rincón de piel
Con los besos traviesos
de dos amantes discretos.
Transcurrió un tiempo y ahora
estoy a la expectativa de ti
por si decides regresar
y ser de nuevo nosotros.
Buscadores de los suavísimos olores
con los besos traviesos de los amantes discretos.
Porque quiero ser tu domingo
ese oasis que sacie tu sed
y rescatárte del aburrimiento.
Jueves, 1 de agosto 1996.
- Autor: Les Piña (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 25 de julio de 2016 a las 05:53
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 64
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