Caminaba por el infinito,
Observando lo eterno,
Lo simple y lo efímero,
Sublime era aquello.
Había auroras por doquier,
Arcoíris con miles de colores,
Las estrellas brillaban,
Un universo se veía.
Mi mente lenta analizaba.
Destellos iluminaban mi andar,
Los caminos no paraban de chocar,
Chispas surgían a cada paso que dejaba atrás.
Mi mirada se llenaba de colores,
Los cuerpos celestes relucían,
Mis ojos los ojeaban con detenimiento,
Me deslumbraban con su serenidad perpetua.
Algún agujero negro nublaba mi vista,
Pero aparecían galaxias opacando la malicia,
No sabía dónde me encontraba,
Mis sentidos solo me pedían que avanzara.
La viveza de todo el cosmos me invadía,
Sentía que era nada en aquel transitar,
Los tintes exquisitos de todo eso,
Me parecían demasiado para mi deleitar.
Razonando con mi corazón,
Tome una pequeña decisión,
Me pare en medio de ese universo,
Y explote en millones de fragmentos.
Fue así que me fundí en aquella naturaleza,
En polvo estelar me pude convertir,
Siendo parte de todo lo celestial,
Pude ser parte de tanta belleza.
De ser nada decidí ser parte de todo,
Comenzar de nuevo en cada detalle,
Ser breve y duradero al mismo tiempo.
Permanecer a lo fugaz siendo tardío.
Por fin pude ser inmortal,
Ser parte del caminar de otros,
Enseñar la vida a todo aquel que me quisiera mirar,
Viveza de colores pude ser al final,
Sin derramar un sueño más,
Con mi luz iluminar las travesías,
Llenarlas de luces y alegrías.
- Autor: ErC ( Offline)
- Publicado: 27 de julio de 2016 a las 00:00
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 81
- Usuarios favoritos de este poema: nelida moni
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