El alba en mis ojos yacía cada vez que tocabas mi frente,
el ocaso en tus labios moría cada vez que arrancaba tu suerte,
Mis penas se ahogaban con tu voz, con tu milagro y con tu alegría,
tus lágrimas se secaban con el calor de aquellas dulces melodías,
no pude sentir el perplejo ardor que con un soplo a tu cuerpo lo dormía,
no pude sentir el inalcanzable dolor que el soplo a mi alma destruia,
SON mis momentos que tus brazos me sujetan y mi infierno se inclina a tu cielo,
SON tus recuerdos que alivian mi corazón del existir y sus negros miedos,
hoy prendo para tí este incienso llenas de convicción, fé y esperanza,
que alcance hasta tu más mínima huella por los pasos que das y lo que haz recorrido,
hoy prendo para mí este incienso llenas de vacío y una débil nostalgia,
cada zuzurro de tu voz en este cuarto vacío y cada paso dado con esta débil nostalgia,
hoy río hacia mis adentros, empapado en la noche me encuentro, hoy me llama el silencio con todas las bestias que habitan mi cuerpo,
si mis palabras furiosas traspasan el tiempo solo deseo decirte... Que no habrán dos mesas en mi incienso...!!
- Autor: Mk... (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 28 de julio de 2016 a las 03:42
- Comentario del autor sobre el poema: El amor que se convirtio en ángel.
- Categoría: Triste
- Lecturas: 90
- Usuarios favoritos de este poema: Alextheblack, Marko Estrella
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.