El otoño, maduró la uva,
y el invierno la atempero.
Amiga...
en la infelicidad de la espera,
quisiera que tuviéramos,
la conciencia del árbol y la hiedra,
del sol y la amapola,
porque en el transitar de la vida,
tenemos que hacer,
como la alondra que pasa
despreocupada y sola.
Volar alto por encima
de la montaña.
Sólo con escuchar
el aleteo de las hojas,
recorriendo el otoño
de la mano del viento.
Sólo, con ese pulso
la vida tiene tiempo
de mirar con sus ojos de espejo
y desgranar en tus manos
el racimo de mi destino,
mirando a la vida,
con mi propio deseo
de amainar la venganza,
de tomar el cielo,
para reducirme a la bárbara
infelicidad
y padecer en mi derrota
la ronca miseria,
la gris melancolía,
de una extraña calma...
de punzantes lágrimas
insultántes.
P.M Pedro Monroy Gemio
- Autor: Pedro Monroy Gemio (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 29 de julio de 2016 a las 03:38
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 24
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., el poeta del abismo
Comentarios1
Psicodelico poema...
Saludos de amistad
Gracias por tus palabras aunque no las acabe de entender
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