Hay veces
en las que el silencio me asusta,
cuando no es tu voz ni tu risa
la melodía que en mis pensamientos
se escucha.
Hay veces
en las que estoy sola, imaginándote,
y me da miedo que mi mente se quede en blanco
porque no quiero borrar de mis recuerdos
tu cuerpo.
Hay veces
en las que me quedo horas
contemplando el mar bajo la luz de la luna,
y comienzo a dibujarte en mi libreta
porque la libertad y la calma
que la noche no consigue darme,
solo las logro encontrar en tus ojos.
Hay veces
en las que me pregunto todavía
por qué te quiero,
e intento recordar los motivos,
pero no puedo.
Es algo difícil de decir solo con palabras,
quizás algo inexplicable,
pero intenso.
Aunque no creo que las palabras
sean lo que necesito
para tratar de decirte cuánto
te quiero.
Solo sé decírtelo con actos, con besos,
y hay veces en las que me dejo llevar
por esos besos que poco a poco,
se han convertido en nuestro secreto,
ese secreto por el que sonrío cada noche,
aunque al final
somos incapaces de mantenerlo en lo oculto
cuando al mirarnos desde lejos,
son tu semblante y el mío
los que a gritos revelan
el calor de nuestro afecto.
Hay veces
en las que me olvido del camino a casa,
porque al forzar la mente
el único camino que recuerdo
son las caricias de tus manos,
esas que siempre acompañas
con una dulce sonrisa
capaz de hacer crecer la vida
en los lugares más yertos.
Así de fuerte es tu sonrisa.
No sé si estos son los motivos
por los que te quiero.
No sé siquiera
si se les puede llamar motivos
o si son simplemente hechos
que cada día se van escribiendo
en las páginas de nuestra historia.
Hay veces además,
en las que me imagino
como la narradora de esta historia,
y es entonces,
al leerle a mi corazón el argumento
cuando recuerdo que,
lo único que yo sé,
es que te quiero.
- Autor: .Luz del alba. ( Offline)
- Publicado: 30 de julio de 2016 a las 11:38
- Categoría: Amor
- Lecturas: 230
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