El chupinazo en Penepolis.

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El chupinazo en  Penepolis.

Supe que eran las ocho de la mañana no por el reloj, ya que no tenía reloj, ni por el sol cuando empezaba a colocar las judías a la sombra de las ramas de los olivos. Lo supe porque explotó un cohete en el cielo en mil pedazos.

Soy de vall d´uixó y eso significa que empezaba el chupinazo, y que iba a estar más solo que de costumbre, que fuera a donde fuera a llamar no habría nadie en su casa, y si estaba, estaba muerto.

Acababan de empezar las fiestas patronales, unas fiestas para gente que les gustan los toros y las mujeres, muchas de las cuales sin saberlo, entregarían su  virginidad entre explosiones de cohetes, botellas rotas, saltos, vómitos, drogas, empujones desde la barrera.  Así es como abren las piernas las jovencitas de vall d´uixó desde hace siglos, sin este tipo de fiestas se perdería la raza, o las mujeres quedarían relegadas a tener que mendigar pasión. Si señor, si señor, sobre todo para aquello pobres diablos que no le gustan las mujeres ni los toros, que no participan en la fiesta de los muertos vivientes. Realmente a todo el mundo le da asco las fiestas de peñas, sobre todo el momento de enfrentarse a ellas, sin embargo hay que participar porque lo exige la sociedad. Hay que demostrar que se es un hombre ante el toro, o una mujer llena de pasión. Hay que participar como se participa en una guerra, como participan las autoridades, que también son obligadas a participar, y en primera fila como los generales, para dar ejemplo.

Hay que ser muy cínico para disfrutar de las peñas en fiesta y tener un gran estomago para sentarse a la cena de puercos y soportar las bromas estúpidas, las risotadas, el asco, los manguerazos de agua, y la indiferencia que sienten los unos por los otros.

Yo soy de esos tipos cínico capaz de hacer cosas  similares a las que hace todo el mundo.

Por eso salí de mi huerta y empecé a caminar como un borracho al llagar a la acera, así hasta llegar a la calle del ayuntamiento donde aterrice en la acera y abrí la boca para que unos tíos gordos como una cuba  me lanzaran  vino de un porrón que llevaban  entre risas.

La ambulancia de la cruz roja estaba a mi lado y pude escuchar la conversación de los voluntarios hablando de que por la noche tras dejar a una persona cogida por el toro en el hospital había ido al burdel y estaban agotados. Uno de ellos, me incline para verle la cara, la tenía de chino, aseguraba que deseaba recoger alguna chavalita en como etílico para violarla de trayecto al hospital.

Esta cosas son normales durante las fiestas, y no hay que darles importancia ninguna, ya que son una vez al año.

De hecho recuerdo que hace ya bastantes años, yo tendría veinte, y me encontré con la chica con la que había perdido la virginidad hacía unos tres o cuatro años, estaba meando y llorando en una esquina.

Se trataba de una muchacha no muy bonita, pero no era tampoco fea, estaba un poco  gordita, con grande testas y un  gran culo, oh hermanos, su culo era fantástico. Casi todos mis amigos se la habían tirado, y fue uno de ellos la que me la pasó.  La chica se movía muy bien en la cama, en las hierbas o donde la metieras, una vez me la tiré en una acequia, abrió  su coño sobre el agua cantarina que pasaba mientras me la follaba con los pies en el agua.

¿ qué te pasa Dévora? Le pregunté preocupado.

Ay Angelillo, estoy muerta de tanto follar, necesito dormir, necesito descansar. Por favor llévame a casa.

Le ayude a ponerse en pie, a mi espalda vi el casal de la peña donde había pasado la semana, estaba llena de pequeñas motocicletas, sin duda de muchachos atraídos de todas partes que hacían cola para follar con  Dévora. Pobre criatura.

La lleve a su casa. Su padre la miró con total indiferencia, sin preguntar que le pesaba a su hija, le importaba una mierda que todo el mundo se la follara. En casa lo sabían porque la policía local había tendido que intervenir varias veces,   devolviéndola a casa, ya que unos vecinos alertaron hartos en una casa donde la habían metido que se llenaba de jovencitos para fallársela, y acaba aquello en broncas monumentales por el turno.

Deje a Dévora recordando a mi ex suegro como si fuera un médico que debía descasar. Su padre, un albañil en paro que miraba la tele, ni pestañeo para ver el estado  de su hija, la madre me lanzó una sonrisa de puta.

Me despedí y salí asqueado con pena por la pobre muchacha, al fin y al cabo, con ella me solté a follar.

Me encontré deambulando como una perra furiosa  a una muchacha que me pidió un cigarro. Se le veía con ganas de encontrar un hombre decente. Era guapa, sin embargo nadie quería tener una relación seria  con ella. Yo sentía una profunda admiración por  esta mujer. Desconocía su nombre, pero había oído hablar de ella y varias veces había coincidido con ella en   esta fiesta patronal,  o en aquella y alguien siempre me la señalaba, mira angelillo allí está….

.Muchos tíos pasaban de ella por haber tirado a su marido por la ventana, un borracho que murió corneado por un toro cuando estaba totalmente borracho.

La mayoría de casada de vall d´uixó  vivían con tipos así, una vida frustrada y amenazada con matarlas si se iban con otro , y mientras tanto se morían de ganas porque se las follaran algún jovencito  de la barrera.

!como sufrían las casadas de vall d´uixó!

A las doce ya estaba lo suficientemente asqueado de las fiestas patronales y de recordar anécdotas vividas en las fiestas.

Angelillo de Uixó.

 

  • Autor: Angelillo de UIxó (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 1 de agosto de 2016 a las 08:05
  • Comentario del autor sobre el poema: la narración de mi primera experiencia sexual hace ya mucho con una chica de peñas en fiesta en vall d´uixó y la narración de otras historias sexuales con otras otormentadas mujeres, todas al servicio de nuestro pene, servirá para animar a pasarlo bien en estas fiesta de interés vaginal que acaba de empezar.
  • Categoría: Cuento
  • Lecturas: 121
  • Usuarios favoritos de este poema: nelida moni
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