Casi invisible,
metro ochenta
embutido en una pequeña silla,
rodando despacio
por los senderos de la vida.
Encuentro almas sonrientes,
empáticas y amables
cuando finalmente me ven
porque ruedo desapercibida,
sin mi falso paso firme,
sin mi metro ochenta estirado,
empoderado
y mi aspecto de mujer fatal...
recogida en una simple silla
que me ayuda a avanzar...
despacio...pero avanzo...
Una patada en las espinillas,
vine a encontrarme
en el duro asfalto,
agredida suavemente
por la vida que me baja
para que suba,
agradecida por todas
aquellas virtudes y maravillas
con que la vida me sonreía.
Un viaje con retorno,
¡dichoso retorno!...
porque volveré a caminar,
y lo haré...
salpimentada por la experiencia vivida,
aderezada por la gratitud,
endulzada de mayor empatía
y decorada con la más
maravillosa de mis sonrisas...
- Autor: Hija del mar ( Offline)
- Publicado: 4 de agosto de 2016 a las 20:49
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 41
- Usuarios favoritos de este poema: caballo negro
Comentarios2
Siempre hay que avanzar,
de los bastones a la silla
el suplicio de caminar
aunque sea por la villa.
Se ve distinto el mundo
con las manos caminando
unos lo encuentran inmundo
lo que a las rueda se van pegando.
Una ironía jolgoriosa, que yo pasé por la misma cosa Un abrazo cordial a ella la española.
Gracias poeta por tu visita a este rinconcito y por tus palabras!
Un abrazo.
Om shanti 🙏
No hay nada mejor que reflejar las anécdotas de la vida en los poemas, me gusto tu poema felicitaciones.
Me alegro de que te haya gustado...opino igual que tú, la inspiración está en la vida, en el paisaje, en las personas con que nos encontramos,...
Gracias por tu visita y tus palabras!
Om shanti 🙏
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