Cuantas historias de amor ya se han escrito a los hombres,
todas las cochinadas falsas y utópicas que nos
agradan por no ser difícil de entender nos han dejado sin palabras para
expresar un sentimiento digno de amar.
I
Flanqueado se encuentra tu amor,
(Te has educado en épocas erróneas a tu hermosura
y delectación) flébil tu vida pretende llamar mi
atención y cupido, amigo de un buen flechador pues,
fue tan bueno, que la flecha que dio muerte a Aquiles
dirigió, sólo entre los dioses se aman y tú no amas a
los hombres y cupido, oh cupido: ¡ya está muerto!
Otra vez la muerte viene a cantar mi pena que es tu
flagelo. Fletado mi cuerpo siento hoy: tus besos
flexores de ansias inanimadas fliparon mi cuerpo
completo y lo obligaron a amarte cuando sólo
flirteabas mis sentimientos.
II
El bochorno del pueblo al que voy llegando en este
momento, me mira inquieto con esos ojos de filósofo
que adivinan de dónde vengo y voy.
Estoy pensando inquieto este temor que hace llorar
mis anhelos y los devuelve a la oscuridad cuanto más
pronto a mi destino llego; no estarás cuando llegue a
la ciudad que devora
cuerpos y alienta vidas a un abismo eterno,
no estarás ahí pues, te dejé allá, de donde vengo.
III
La relación con las cosas y sus efectos han traído una
rosa pálida por el invierno y éste calor en mis
adentros que ya no soporto su movimiento: a de
explotar tan pronto salga de este pueblo, que hoy ha
visto mi pálido aliento. Aroma de tus besos traigo
conmigo y cuando respiro siento tu cuerpo desnudo y
eterno; álgido se tornó el tiempo y ferviente mi muerte
que besó tus senos grises yuxtapuestos.
IX
Este momento que no ha tenido parangón en ningún
verso oscuro,
indómita el tiempo que lentamente caminó en
sendas oscuras hasta salir al proscenio de los que
observan en silencio. Este sufragio universal que ha
causado un amor burgués, es para morir gritando o
para vivir luchando ante todo lo que pudra su corazón.
X
Libre debe ser el viento y agua el cielo siempre deberá
tener, estar dispuesto
a entregar la vida y en los pocos momentos de alegría
quedaran pagadas nuestras penurias: no hinques tu
razón a un ser que no pertenece a tus pensamientos
de buen luchador y de joven revolucionario y ante
todo, lucha por el hambriento que está atrapado en
esta vida de locos y después sigue cantando. Verás
que tu amor no mana del burgués sino del proletariado.
- Autor: jose hugo rubio rivera ( Offline)
- Publicado: 8 de agosto de 2016 a las 17:13
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 30
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