Las vaporas se inmiscuían en la frescura de mi cabello,
Que cual mariposas volaban sobre las llanuras de mi conciencia,
Libertad quería y libertad obtuve,
Junto con el delicado viento que amilana daños,
Y ése horizonte que coqueto se teñía de rosa.
Mis pasos marcan huellas inexistentes en la grava,
Y cada una de ellas se suicida en el aura,
Despidiéndose al tiempo en que saludan a los pasos nuevos de mí andar maltrecho,
Y luego se fugan por entre las ramas del bosque de vidas.
Busco así, con la mirada, el objeto de mi búsqueda,
Admiro en las hojas de otoño sus amplios colores,
Exhalo el céfiro que se adentra al angustioso pecho,
Y trazo palabras de amor con el aliento de mi boca.
Todo frente a mis ojos es un enigma,
El trinar de ave,
El vozarrón del viento,
La languidez de una mañana,
Todo es nuevo y por ende, intrigante,
Y mi pupila se dilata en cada destello de vida.
Y al fin, mis pasos sin rumbo me llevan a un recuerdo,
El recuerdo de unos ojos que brillan en topacio,
La memoria de un anhelo que se alojaba dentro,
De aquel corazón que como niño tanteaba en la bruma.
10/04/10
- Autor: Francisca cz (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 10 de abril de 2010 a las 01:44
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 97
- Usuarios favoritos de este poema: •SuohKi.
Comentarios3
Bella reflexión en este Poema que nos relata parte de las vivencias de la vida;
Saludos,
Alvaro
tienes palabras tan exquisitas que en la misma hermosura del poema
se sublevan,
"Las vaporas se inmiscuían en la frescura de mi cabello,
Que cual mariposas volaban sobre las llanuras de mi conciencia,"
saludos darkmilo.
Hermosisimo versos amiga.. y hermosos recuerdos...que seguro generan más de una sonrisa 😀
Abrazos
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.