Encontré tus ojos...
y los esquivé, sofocado
en la idea de ser inoportuno.
Pero el impulso me lleva
una vez más a ese encuentro.
En la mesa, todos comentan amables
haciendo el marco ideal
a mi necesidad de hablarte.
Otros ojos, son los tuyos...
me miran quietos, francos
dejan que los mire
tu boca, entre abierta...
invita tentadora, amistosa.
La distancia que nos separa
se anula, percibiendo
la cosquilla de tu rubor...
hasta que por fin
elevaste tu mirada
salvando la mía.
Entonces, pude observarte
desesperada deglutir
el bocado que te atragantaba...
Tomé la copa de vino
y paladeándolo
continué dialogando
no sé que, con no se quién.
- Autor: Esteban Couceyro (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 9 de agosto de 2016 a las 09:49
- Categoría: Amor
- Lecturas: 35
Comentarios1
Muy bueno, cuantas veces pasa que alguien nos eclipsa y ya perdemos el control de todos nuestros pensamientos.
Me resultó una atractiva reflexión del amor imprevisto.
Saludos amigo, que tengas una linda noche de sereno descanso.
En este caso, el personaje vive una de esas situaciones de inprevisto desenlace. pero también se refleja la infinita trama de nuestros pensamientos, paralelos a la realidad.
Lo mejor para vos
Esteban
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