Detrás de las casuarinas y
tras larga ausencia como
esperanza de grillos furtivos
forzando el amor en
la vehemencia del próximo verano.
La calandria calienta el aire
a gritos de tifón.
Anhelo de Santa Rosa
se presente y no voltee
el nido en lo alto del aromo.
Traigo en mis bolsillos huecos
los huesos, las historias de
la sangre derramada en esta
dura tierra… de ellas mil cavilaciones
como tropel a secas del camino a rodar.
Divulgando que oscurece en el bosque.
De antiguos fogones recuestan
cenizas de letras que ruedan
hacia el arroyo que se unen con
la bandada de humeros mañeros.
La luna se ha de presentar
ante el altar de barro humeante.
El cedrón se prende a los
comentarios de la noche serena.
El amor… es una estrella cercana cuando
se trata de conmover al suelo
con vocablos cargados de serenidad.
Las cuerdas de espinas de acero,
la luces de la ruta
todo sucumbe en la cerrazón.
Tintinea el vacío en el eco de
la huella de los huerteros que
arriaron sus esperanzas en
los surcos bañados de fe.
A las primeras luces del amanecer
la neblina y el roció…eterna huella
de la eternidad incorporándose
en nosotros, en la menta que
atrapa el aire y …
muero en este presente.
- Autor: Carlos Casagemas (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 15 de agosto de 2016 a las 00:36
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 45
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