En el hueco de tus
manos escóndeme.
Cúbreme siempre con
la luz de tus ojos.
Confuso y con el alma
herida hasta ti he llegado.
Lávame, límpiame y pon
tu óleo en mi cabeza.
Derrama sobre mí el rocìo
de tu presencia y
la lluvia de tu amor.
Revísteme de gozo y
del aliento de tu paz.
Con tu fuerza
guíame por la senda
donde hay agua,
miel de la peña,
fragancia de ti, pan, vino
y el oro de tu gloria.
Hoy ven a mí,
oh buen Salvador.
- Autor: Samuel Santana ( Offline)
- Publicado: 15 de agosto de 2016 a las 08:38
- Categoría: Religioso
- Lecturas: 42
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