La voz me dijo:"Párate...!"
Y paré de andar.
Y vi, que a mi alrededor
no había más que piedras, que
las sombras lo cubrían todo,
que la hierba y la tierra estaban
secas, que el cielo era gris y el
aire irrespirable..., que el
polvo, se extendía por el suelo
des dibujando los caminos
y la impronta de mis pasos...
Y después me dijo:
"¡Escucha con atención...!
¿No oyes nada...?"
Y sólo escuché el viento
transmigrando desde las dunas
del desierto hasta las brácteas
involucrales de las flores
de los cardos.
Miré al cielo, y me desplomé
triste y abatido, llorando
desconsoladamente a mares...
Y entonces la voz me dijo:
"¡Levántate, enjúgate los
ojos, libera el corazón y
AMA!"
Y me levanté y pude ver
la luz..., el cielo, y el mar,
y los ríos y los montes
y los valles...,
y las flores del camino y
las nubes y el atardecer
y el resplandor del alba...
y escuché el canto del jilguero,
y el bisbisear del río y
el murmullo de las frondas...,
y bebí agua de la fuente,
y olí la tierra húmeda
al llover...,
y me tiré en el suelo como
un niño chico..., y me acerqué
a la gente y a las cosas más
humildes y pequeñas...,
y me abracé a la vida y
enderecé mi rumbo y...
¡Aticé el fuego de mi hoguera!
Autor.Francisco López Delgado.
Todos los derechos reservados.
- Autor: "Gaviota" Romero (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 16 de agosto de 2016 a las 12:32
- Comentario del autor sobre el poema: Miré al cielo, y me desplomé triste y abatido, llorando desconsoladamente a mares...
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 36
- Usuarios favoritos de este poema: nelida moni
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