Naufragué en este lugar sin nombre
despertando una mañana, antes que el sol
no es un lugar habitual
estas playas, no tienen mar
ni espumas de la resaca
el cielo azul profundo
no tiene nubes ni pájaros.
Me incorporé como pude
y vi un paisaje simple
de arenas blancas, interminables
he caminado y caminado
sin llegar jamás al horizonte.
Soñé dormido y despierto
con hermosas naves
de velas blancas
dominadas por mi mano.
Deseé frutos sabrosos
en una mesa compartida.
Pero en este lugar
el sol sale puntual
para verme envejecer
y por la noche
la luna serena y fría
mira sin ver, mi desgracia.
Un día mientras caminaba
encontré esta botella
y recordé la tradición marinera
este mensaje desesperado, puse dentro de ella
y no habiendo mar, la arrojé detrás de mi
con la esperanza que alguien la encuentre.
Seguiré caminando, hasta llegar al horizonte
donde seguro estaré esperando
al sol, la luna
los manjares compartidos
la nave de blancas velas
y tu mano cálida.
- Autor: Esteban Couceyro (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 17 de agosto de 2016 a las 11:55
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 88
- Usuarios favoritos de este poema: Kalianali, pani, anbel
Comentarios4
Ojalá y esta botella la encuentre, alguien que sepa cuidar y valorar su contenido.
Saludos.
Cada uno que leyendolo, interprete el contenido, cuida y valora el mensaje esperanzado.
Te saludo
Esteban
"el sol sale puntual para verme envejecer", es increíble, gracias.
Es la realidad, mi estimado amigo, tan real e increíble como la esperanza del encuentro.
Un abrazo fraterno
Esteban
SENCILLAMENTE HERMOSO... PRECIOSO EN SU NATURALIDAD.... Y SINCERA BELLEZA...
es asi, lo hermoso es sencillo y natural, has sido generoso con tus palabras.
Un abrazo
Esteban
Ya te han dicho todo lo que podría haberte dicho, el mensaje llegó y a todos le pareció natural.
Me alegra verte sumergido en los comentarios, buen amigo.
Un abrazo con mucho afecto.
Estimada amiga, tuve dudas al publicarlo pues este es mi primer trabajo escrito, ya hace mas de veinte años, en uno de mis tantos momentos dificiles en la vida. Había quedado sin trabajo, con una familia que llevar a buen puerto. En ese punto, una mañana mi esposa seguramente con la misma desesperación que la mía, me propuso que participara en un concurso literario de Rader´s Digest (supongo que para levantar mi autoestima). Y lo inesperado fué que salí favorecido, en el premio y lo más importante, en la gran cantidad de personas que comenzaron a contactarse, con el supuesto que estaba personalmente en el límite.
No sabés lo embarazoso que me resultó explicar a cada uno que en realidad era una postura ficcional, no real.
Todos quedaron conformes y también yo lo quedé, al saberme acompañado tan sanamente, tanto en la valoración implícita de mi esposa, como de tantos desconocidos.
Así nací a la escritura y envejecí en la imaginación, suponiendo que lo escrito no me pertenece, que es de alguién que vive en mis mismos pasos y con un paisaje similar al mío.
Desde ese momento, los que pasan por estas letras, que repito no me pertenecen, se transforman en algun sentido, en personajes que acompañan mis pasos siendo yo mismo, algo de ellos.
Tuve miedo, esa primera vez y aún hoy lo tengo.
Un abrazo
Esteban
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