Hoy día, en un mundo carente de amor y de respeto al prójimo.
Se ven a las personas ancianas como un estorbo, una carga difícil de llevar.
A estos ancianos los abandonan en gasolinera, cuando llega el tiempo de las vacaciones
u hospitales, alegando enfermedades que en la mayoría de las veces sólo es consecuencia
de la propia vejez, y carencia de amor.
En lo mejor de los casos los dejan en residencia para la tercera edad;
suena mucho mejor para algunas conciencias.
Todos debemos pensar, que si no morimos de joven,
tarde o temprano nos hacemos viejos.
Mi madre me contó cuando niña un relato, que me hizo impacto en aquel momento,
y siempre sigue emocionándome cuando se lo cuento a mis hijos.
Andaban por el camino polvoriento, padre e hijo, hacía un calor sofocante.
El padre arrastraba los pies, le costaba trabajo andar.
De vez en cuando miraba a su hijo con ojos tristes pero,
el joven no se percataba de la tristeza que embargaba a su padre.
El anciano miraba sus manos ya no eran fuertes y firmes ahora
estaban deformadas, y apenas tenía fuerzas en ellas.
¡Cuántas veces había levantado del suelo a su hijo! Cortando durante semanas
los troncos que los calentarían en el largo y frío invierno.
Todas las mañanas madrugaba, para llevar las hortalizas al mercado del pueblo;
sus manos entonces fuertes guiaban diestramente las riendas de los caballos.
Respirando profunda mente, dijo con voz queda, ¿cómo podía una persona
cambiar tanto con el paso de los años? Nunca obtuvo respuesta a su pregunta.
Sentía sus piernas pesadas pero, no obstante, siguió caminando
hasta que sus piernas empezaron a temblar les.
Le pide a su hijo, que por favor hagan un alto en el camino,
pues se siente agotado, así, que se sienta en una piedra, que hay en un lado del camino;
saca un pañuelo, se limpia el sudor que baña su arrugada frente;
y mirando al suelo comienza a llorar amargamente.
Su hijo, sorprendido le pregunta: -¿padre por qué lloras?
El padre con la voz entrecortada por los sollozos, responde:
-Hijo mío, hace muchos años atrás mi padre se sentó en esta misma piedra,
cuando yo lo llevaba al asilo donde tú, hoy me llevas.
Él hijo con la voz temblorosa le dice abrazándolo...
- ¡vamos padre, levántese! Regresemos a casa.
El padre sorprendido pregunta, -¿no vamos al... asilo?
No padre, no quiero que el día de mañana mi hijo,
llegara hacerme algo tan terrible, como yo pensaba hacer.
Cuando te haces viejo.
El tiempo, como el agua, que río abajo va
¡Nunca volverá a su origen materno!
El ayer recuerdo, siempre joven y bello.
¿Por qué no duró?
¡Sólo fue un momento!
¿Por qué nos parece el pasado mejor,
el presente aburrido, y futuro tan incierto?
¡Qué largo es el tiempo, cuando te haces viejo!
De Gaviota Romero Blandino
- Autor: "Gaviota" Romero (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 17 de agosto de 2016 a las 12:06
- Comentario del autor sobre el poema: Mi madre me contó cuando niña un relato, que me hizo impacto en aquel momento, y siempre sigue emocionándome cuando se lo cuento a mis hijos.
- Categoría: Familia
- Lecturas: 41
- Usuarios favoritos de este poema: Valeria
Comentarios3
Ay Gaviota Tu poema me llega al alma porque salio de alli de una gran alma.Esta es una realidad y aun mas en los países mas avanzados que se precian de una gran cultura como es posible que una madre que dio toda su vida aun hijo sea abandonada en un asilo?Que hijos estamos criando.Que pasò con la humanidad que se va perdiendo.Lamentable crisis de valores.El hombre esta destruyendo al propio hombre y si una madre puede matar a su propio hijo(aborto)y algunos países lo legalizan que mas podemos esperar UN BESO MI REINA HERMOSA Y que linda tu voz
Edith, muchas gracias por sus lindas palabras, las cuales me han gustado mucho.
La humanidad lo que esta perdiendo es lo que la propia Biblia dice. En 2 Timoteo 3: 1-3
Mas sabe esto, que en los últimos días se presentarán tiempos críticos, difíciles de manejar. Porque los hombres serán amadores de sí mismos, amadores del dinero, presumidos, altivos, blasfemos, desobedientes a los padres, desagradecidos, desleales, sin tener cariño natural, no dispuestos a ningún acuerdo, calumniadores, sin autodominio, feroces, sin amor del bien, traicioneros, testarudos, hinchados [de orgullo], amadores de placeres más bien que amadores de Dios. Y vemos que en toda la tierra las personas están así.
Le mando Edith, mis cariños, y un fuerte afrazo.
DESDE SUECIA CON AMOR
3. Quise arreglar la palabra del poema NO ESTÁS , EN IVOOX, y cambiar la foto, y en POEMAS DEL ALMA hoy, no me lo asceta, pero no te preocupes que mañana lo vuelvo a subir. Disculpame corazón lindo.
Cariños. DESDE SUECIA CON AMOR
Me gustaria que declamase un ode mis poemas de amor con tu hermosa voz.Espero tu visita hermosa en mis letras CARIÑOS
Edith, me paso por su página y ya le digo: y con mucho gusto recito algunos de sus poemas, en mi programa de radio; siempre diciendo la autoría. Le contare que aquí en Suecia tengo algunos amigos Peruanos.
Cariños. DESDE SUECIA CON AMOR
Cuan largo es el camino
cuando la vejez avanza
es el peor enemigo
porque la fuerza no le alcanza.
El llorar como niño
no es facultad del hijo
al viejo que le falta cariño
se le ve llorar de fijo.
Triste experiencia de los abuelos poco queridos.
Muchas gracias, Gaston por sus versos.
DESDE SUECIA CON AMOR
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