Después de tanto tiempo el destino nos juntaba, en un lazo de un tiempo que a las seis y media acababa
Hablamos todo el tiempo, pero no dijimos nada, del amor que sentíamos, del amor que nos destrozaba.
El sol se derretía entre las montañas como una vela débil que la noche soplaba
mientras El cálido ocaso de sus ojos se iba quebrantando a cada minuto por el frió de la noche que llegaba
arrebatando me sin piedad la oportunidad que buscaba.
Lo triste es que ninguno de los dos lloraba, reteníamos el sufrimiento que nuestras mirabas expresaban
acumulando el llanto que por dentro nos destrozaba.
Había un nudo en mi garganta que ami corazón aceleraba. mil cosas tenia para decirle y no dije nada.
Que tan atrevido era el viento que con mi alma jugaba, pues en cada movimiento de su cabello mas me enamoraba.
De repente Le dije te amo, eso no me lo esperaba
ella dejo de mirarme mientras su sonrisa la delataba
¿Cual será su sol? ¿En quien ella pensaba?
Esas eran preguntas que ya no me preocupaban, pues su sonrisa expreso lo que mis palabras buscaban
un te amo obsoleto, en palabras innecesarias pues unos dicen te amo y no sienten nada, otros se quedan callados y por siempre se aman,
esas son cosas que no sirven para nada.
El amor se vive, el amor no se guarda,
pero se necesita de uno que hable con el alma.
- Autor: Sirio (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 17 de agosto de 2016 a las 23:02
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 48
- Usuarios favoritos de este poema: Flor Erendira
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