Es encanto la libertad
de que me priva,
la prisión que me subyuga;
tus ardientes besos que queman,
son peces,
que medran en correntío
de caliente acariciar,
que arde de pasión.
Y mis ensueños de vigilia,
se vuelven en mis horas dormidas,
sueños de mariposas y pájaros,
que me llevan volando,
a las flores de la Luna.
Ay amor sensual,
llévame contigo,
prisionero al infinito.
Pierdo la razón
sobre tu pecho,
y vivo en cautiverio.
Cuando bebo de tu pasión,
y pruebo con mis labios,
el perfume de tu piel,
es tuya mi libertad,
y te regalo el agobio,
de mi amor extenuado.
Mirando al cielo
mi pensamiento se pierde,
entre bandadas de pájaros,
que aletean recuerdos,
de la infinidad,
de tu ser ardiendo.
Boyando en el anochecer
del agua oscura,
entre destellos de luna,
veo estrellas redondas,
donde giran tus pupilas,
con chispas cansadas de volar.
El sendero de mi andar
es por tu piel encendida.
Y me desvive el ardor
de tus fantasias,
brillando en tus antorchas,
de mujer.
Entregué mi albedrío
sumiso a tus pechos,
y a los pétalos de la flor,
que retoña,
acunada entre piernas
de seda y de marfil,
cual apetitosa golosina.
Soy cautivo de tus cadenas...
pero esa prisión es mi cielo.
...¡no me liberes, mujer!...
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juan maria
- Autor: juan maria (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 18 de agosto de 2016 a las 19:57
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 25
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