Por la ríspida cuesta con denuedo,
desoyendo presagios agoreros,
transítan con firmeza hacia el ruedo,
de la vida, los jóvenes guerreros.
No es de sangre la sed de sus visiones,
ni porta resquemores su estandarte.
No cargan sus morrales maldiciones,
ni de amargos misterios serán parte.
Las ansias de sabéres fue el preludio,
que al sendero virtuoso, del estudio,
descubriera su punto de partida.
Y al aula que les diera su armadura,
retornaran un día, con ternura,
llevando su sonrisa florecida.
Comentarios1
LINDA INSPIRACIÓN EN BUEN SONETO.-
UN SALUDO EN LA DISTANCIA.-
MARGARITA
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