Cuando tiende la noche el manto negro,
enmudece el Cielo.
Porque ni en sueños
un padre olvida a su hija amada.
Entre sueños se abrazan,
se sonríen y ella le dice "Calla",
"No sueñes Papa", no sueñes más conmigo,
que soy un ángel. Cuando tu mente vela Papa querido,
mi pobre anima no puede dormir tranquila;
cada lágrima, cada suspiro tuyo
me llega al alma.
Y en esta inmortalidad eterna, donde reposo,
me conmueve y me pone llena de gozo,
como una gota de rocío
que conmueve a la blanca rosa.
El Padre dormido
le responde : “Calla",
no me impidas que sueñe,
miña del alma,
ni que te llore.
Como en mis recuerdos,
mi niña, te hablaba en otro tiempo,
te lo digo ahora...
no me impidas nunca estar sin ti
P.M Pedro monroy Gemio
- Autor: Pedro Monroy Gemio (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 20 de agosto de 2016 a las 03:56
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 25
- Usuarios favoritos de este poema: Elmer Godoy, anbel
Comentarios2
Se llevan por siempre esos sueños para soportar la realidad de estar sin ellos
Saludos amigables
Asi es amigo, un abrazo
Bello poema en honor a esa hija que segú entiendo está en el cielo.
El recordar a los hijos es vivir momentos de felicidad que se atesoran en el cofre de hermoso recuerdos pero que sus almas están constantes, están latentes en nuestro ser.
Un cordial saludo.
Eli, 🙂
Son vidas que con ellos quisiéramos vivirlas, para aguantar un dolor insoportable
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