“La luz de una bombilla…”
Esa frase me llegó a la cabeza,
con tanta fuerza que tomé el lápiz
y la escribí.
No pude concluirla porque desconocía
la razón de por qué los insectos
vuelan alrededor
de la luz artificial.
Pregunté en el camino
pero tampoco lo sabían.
Entonces más aumentó la curiosidad.
Debía saberlo.
Era ya cuestión de vida o muerte.
Desempolvé un viejo libro.
A esas polillas las califican
como “lucífugos”.
Una bombilla para ellas es como
el fanal en un barco a medio mar oscuro,
tormentoso y sin brújula.
Mayormente se rigen buscando las estrellas.
Las tinieblas las turban.
Cuando alguien enciende luz,
las pobres dan gritos de alegría
y huyen de las tinieblas en busca
desesperada de la ventana.
La “fototaxìa” es la sensibilidad que sobre
sus ojos ejerce la claridad artificial.
Pero, como todo en la vida,
tienen un problema:
la luz proyectada más en un ojo
hace que giren y giren sin parar alrededor
del encendido,
algo que no pasa
con el sol,
pues las cubre por igual.
- Autor: Samuel Santana ( Offline)
- Publicado: 20 de agosto de 2016 a las 10:38
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 62
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