Sacudían la tienda los colistas,
yo en el medio bailaba bien el son
y cuando vi mi nombre en varias listas
sentí como tronaba el corazón.
Pasaban por allí muchos turistas
y daban sus chancletas y el mantón,
decían: "Estos son los comunistas
que hacen por doquier revolución"
Una semana de cola y de pie
no bastó para hacerme de un vestido;
ya en casa hice del anís un té
y un susurro me advierte en el oído:
"No pierdas la señal…tu linda fe"
¡Qué cándido un arcángel me ha servido!
- Autor: Marah ( Offline)
- Publicado: 21 de agosto de 2016 a las 03:50
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 92
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