El reloj del tiempo siempre en movimiento, no da ni siquiera un respiro para mirar atrás, su rol es empujar hacia delante sin cesar, eso hace que en el camino vayan quedando cosas, despojos de vida difíciles de olvidar.
Y allí va el anciano, haciendo un racconto de ese pasado lindo que le tocó vivir, época en que no había achaques que impidieran , las mil aventuras que supo tener.
En el inventario de tantos sucesos, las buenas se imponen sobre las demás.
Amores sinceros y amigos queridos que hoy son historias, mientras tanto tozuda y valerosamente, él se ciñe al imperioso y arduo trabajo…DE VIVIR.
A pesar del tiempo y la distancia, de ausencias y dolores permanentes, tiene sin embargo tiempo de volar a bordo de su imaginación, para penetrar en ese mundo hecho a su medida y a su tenaz voluntad de ser feliz… aunque sea de a ratos.
Y allí se lo ve metido en el traje de sus veinte años, embebido de la alegría y el empuje de esa edad, en que los problemas y contratiempos le eran ajenos, él era el dueño feliz de ese pedazo de mundo que le correspondía.
Ahora era diferente, ya no ve todo de color ilusión, los colores de antaño se fueron desdibujando, para convertirse en un gris acorde a su vida presente.
Había momentos en que la nostalgia mancomunada con su angustia se encargaban de traerlo hasta los hermosos momentos que tanto extrañaba, eran tan solo ráfagas, instantes de allá lejos, el futuro pintaba a las mil maravillas y en su léxico no existían palabras tales como: vejez, decrepitud y…OLVIDO.
Pero todo es finito y a veces los buenos deseos se hacen perdiz, el presente se impone y es el que maneja los hilos, para él somos simples muñecos que nos maneja a su antojo.
No es fácil para el personaje que nos ocupa, armar el rompecabezas del destino, lo que conocía ya no existe más y el camino que aún le toca recorrer, para perderse en el infinito…es una incógnita.
La vejez no es un estudio para imberbes, muchos humanos y en especial los que tienen decisión de poder, se envuelven en esa pátina morbosa de soberbia que le dan los altos cargos que ostentan Y que cegados por su maldito ego se creen inmortales y no se dan cuenta que el oficio de vivir, es como una gran obra de teatro…CON UN PRINCIPIO, UN DESARROLLO Y ”UN FINAL”.
Más el tiempo, siempre el tiempo, en su papel supremo de digitar las cosas, es el que con su dedo ejecutor, es el que indica quién juega el partido, quién va al banco de suplentes y quién ¡NO JUEGA MÁS!...
“HAY HUELLA QUE ESTÁN CONDENADAS A PERDURAR POR SIEMPRE…
SON LAS QUE DEJA EL TIEMPO”
Boris Gold
(simplemente…un poeta)
- Autor: boris gold ( Offline)
- Publicado: 24 de agosto de 2016 a las 10:43
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 65
- Usuarios favoritos de este poema: nelida moni, rosamaritza, Lita_81
Comentarios5
Todo es proceso, se vive y se trata de endulzar el día, gratificar el alma, no podemos detener el tiempo, pero si gurdar momentos, los que cuando aflojemos, nos invite a seguir, mientras hay vida, tratar de llevarla a buen fin
Mi abrazo, me gustó pasar y reflexionar
Abrazo fraterno
Nélida
Es la ley del tiempo y de la vida. Nada se detiene todo está en constante movimiento. Ley del universo. Así la vida pasa. Lo que es hoy ....mañana es ayer.
Saludos boris
Boris un relato de la vida, que mezcla la sabiduría con la realidad de la vida.
Te felicito
Y las huellas lentamente marcan sus horas en el tiempo. Gran contenido en tu poema mi querido boris
cariños rosamary
Nada de meterse en un traje de 20....¡con lo lindo que es andar con la vida puesta encima...habiendo uno probado de lo dulce y lo amargo!....no hay edad, porque no hay tiempo...solo el instante presente es real...con todo lo que eso implica...
Y ahora que le di el coscorrón correspondiente...le digo, que si no se porta bien , se le pican los dientes!....ah,no,no era eso lo que le queria decir....
ahora si....Mister Gold...usted es un genio , y yo lo quiero mucho...he dicho,bicho!...Abazote feroz! la de barracas.
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