Cuando me enteré que iba a morir me cuidé de vivir despacio, como cuando caen las hojas de los árboles y nadie les ve, sino hasta que les sepulta el viento, enardecido, transportando cadáveres como un carro sediento e invisible.
Cuando me enteré que iba a morir te escribí todas las cartas que no te había escrito, te di todos los besos que no te di y me encargué de todo lo superfluo e infinito.
Y pasaban las horas y todo eso no podía detener el tiempo.
Cuando me enteré que ya no estaría, me apresuré a dejarlo todo preparado, como si con ingenuidad congelara la eternidad entre tus ojos y tus labios.
Pero soplaba el viento enardecido, transportando almas como una barca invisible, entre bosques de luces y tumbas te busqué sin encontrarte.
Y pasaban las horas y todo eso no detenía el tiempo.
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Cuando me enteré que iba a morir entonces empecé a vivir, a amar y a comprender, que todo es circunstancial y en este yermo espacial gravitamos todos sin cesar.
- Autor: Poeta Psibernético (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 29 de agosto de 2016 a las 05:45
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 23
Comentarios1
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Yo también me voy a enterar de que voy a morir, no esperaré ni un segundo.
No hay otra solución. Todo termina en la tumba...
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