Y descubrí, que hay besos que no se olvidan jamás, miradas que se quedan grabadas en nuestra mente, personas que llegan a nuestra vida para dejarnos eso, un suspiro, un poema, un sueño, una ilusión que aún revolotea como mariposas en el estómago y que, después de mucho tiempo, acelera el corazón, tan solo de recordarla.
Suspiros que cortan el aliento, lecciones que se aprenden solo con el tiempo. Historias que se guardan para siempre como bordadas en nuestro corazón.
Silvia Treviño
- Autor: Silvia T. (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 31 de agosto de 2016 a las 09:39
- Categoría: Amor
- Lecturas: 66
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., sismico explorador
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