Los árboles me cubren
las montañas
enormes, también
solo el recuerdo y la esperanza
dejan la posibilidad
a la libertad
jamás concretada de la fuga.
Tus ojos
esos que me miran
son las ventanas
sin barrotes de mi celda.
Ellos me invitan húmedos, a la fuga
y temeroso de la libertad
me dejo llevar en tus lágrimas.
Viento fresco sobre mi cara
sol que abrasas mi alma
qué puedo pedirte
si ya me lo has dado.
Cómo puedo gozar
todo lo existente
si ya lo he tomado
nada es nuevo
la brisa, el sol
nuestro amor.
Otra vez tus ojos
me miran húmedos
como las ventanas
sin barrotes de una celda.
- Autor: Esteban Couceyro (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 31 de agosto de 2016 a las 11:24
- Categoría: Amor
- Lecturas: 86
- Usuarios favoritos de este poema: Lebusla
Comentarios1
Cuando se queda atrapado en la celda del amor es difícil escapar.
En los brazos del amor todo se realiza.
Lindo poema el de hoy, amigo. Dile al poeta que siga tan positivo en alas de la belleza.
Te he fallado pero no tengo tiempo de leer todo lo que deseo comentar.
Que tengas un lindo día nublado y frío. El invierno no quiere partir.
Un abrazo.
Estimada Beatriz, el amor pleno dónde todo se da todo, carece de esa fase fantasiosa del deseo que lleva al enamoradizo, a la conquista próxima y su incógnita. En este caso, el personaje, ya satisfecho de todas las posibilidades, dileta entre lo concido y lo por conocer.
Respecto a lo "fallado", en el placer, no hay métrica ni frecuencias, solo alegre satisfacción.
Por lo del clima, solo espero la resurrección de la primavera, a sabiendas que se aproxima, tras ella el infierno del verano..., por hoy, solo el purgatorio.
Desde mis innumerables pecados, te saludo
Esteban
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