Sobre el tejado andando
sigilosamente el gato
daltónico, acechaba a su presa;
su cuerpo sigue al instinto,
sus ojos fijos.
Cauteloso se aproxima
apuntando al lugar del
encuentro mortal.
Ni un ruido,
el tiempo se detiene.
Se endereza y de repente
salta! en instantáneo vuelo
sobre su presa.
Estruendorosos sonidos
se revuelven, se desprende,
corre, atrapa. Cae inmovil
en las garras de acero.
Mordida fatal, terminó el
banquete.
Ahora duerme en plenitud
descansa satisfecho.
Soñando el felino, ... será que sueña?
con el próximo ratón.
Sabiduria del vivir, sin tiempo.
luz teresa maldonado folkerts
- Autor: Luz (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 22 de abril de 2009 a las 07:34
- Comentario del autor sobre el poema: Aprendiendo.
- Categoría: Familia
- Lecturas: 250
- Usuarios favoritos de este poema: Adrian VeMo
Comentarios10
Hermosa poesía al amoroso y cruel felino (que contraproducente, no?). Felicitaciones, amiga, siempre son tus poesías originales, limpias, divinas. Un abrazo. Ruben.
Me dan envidia los gatos. Se les ve tan felices mientras duermen. Se puede aprender mucho observando el comportamiento animal, que es lo que tú haces, como buena etóloga.
Saludos, amiga Luz.
Jajjajaja, me tomo el atrevimiento de reirme porque recuerdo eso de los gatos con el estruendo que hacen cuando estan cazando y las casa tienen el techo de aluzinc que escandalo jejej, me gusto leerte LUZ, besitos de LUNA.
son enigmáticos los gatos, has descrito muy bien esa situación de captura, al igual que luego el amodorramiento de la barriga llena, pareciera sentirse ese ronroneo típico que hacen, me gustó mucho Luz, un placer leerte y saludarte.
Con este poema, Luz, me hiciste acordar una pequeña historia.
No me gustaban tanto los gatos y empecé a quererlos gracias a una novia que tuve (ella muy amante de los animales domésticos). Sucedio días antes que venga para acá, curiosamente un gatito en una noche que estaba con ella se acercó, ella quiso tenerlo en casa a lo que su mamá se negó así que me pidio que cuidara de él, no podia decir que "no" era en ese entonces el amor más fuerte, lo acepté lo tuve en casa solo una semana que bastó para congeniar con el pequeño felino, sentí cariño que no lo dejé en el abandono se lo dí a un amigo, me enseñó fotos, ya esta grande y no era un gato sino gata.
Pequeñas historias de mi corta vida. Gracias por compartirlo y hacerme retroceder en los años que viví en Perú.
Saludos amiga, besos y abrazos.
Adrian
Me ha gustado mucho, tanto que se lo conté a mi gato persa esta noche antes que se durmiera, y me dijo:
para Luz un beso
que sea mío,
con mi bigote,
miau,
o te daré
mi amo
en el cogote,
miau.
Un abrazo
Muy buena la descripción del momento en que el gato acecha a su presa y luego la mata , me encantó , siempre te leo
Saludos ......Pepita
Muy hermosa esta fábula versificada. Yo y mi gata Dafne te mandamos saludo.
perdón, mi gata Dafne y yo...
Hermoso...sencillamente hermoso...Besos.
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