La sombra de la reina
surcando el cielo,
pequeños corazones
están latiendo.
Esperando a su madre
con una presa,
los polluelos se empujan
con boca abierta.
Me niegan su perfume
de rosa y grana,
las flores de los campos
de madrugada.
Porque busco afanoso
aroma eterno,
y no existe fragancia
en el invierno.
El perro callejero
abandonado,
se acerca por las puertas
buscando amo.
El cariño que buscas
con insistencia,
tropieza en la cancela
de la soberbia.
Me dijo un sabio que
lo más indigno,
en cuestiones de amores
es ser mendigo.
Cecilio Navarro 01/09/2016
- Autor: Cecilio Navarro ( Offline)
- Publicado: 1 de septiembre de 2016 a las 14:07
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 43
- Usuarios favoritos de este poema: Maria Hodunok.
Comentarios3
¡Qué bonitas seguidillas! Me encantan.
El vídeo, muy bonito.
Gracias Jara. Un placer para mí que sea de tu agrado.
Mendigo del amor?
Ufff... complejo amigo...
Pero más complejo es darle un puntaje a estas seguidilla extraordinarias...
Verdadera mente hermosas amigo...
Siempre me ea grato leerte cuando el tiempo no me apremia.
Sabes que te admiro mucho.
Saludos
Complejo amigo, pero sucede más de lo que creemos y alguien dijo ya por ahí eso de que mendigar amor, cariño, amistad, compañía… es lo más indigno del ser humano, pues hiere unos sentimientos que termina haciéndolo desgraciado. Gracias amigo por la visita, siempre es un placer recibirla. La admiración es mutua.
Las seguidillas extraordinarias.
En cuanto a suplicar amor....creo que no. El amor se da espontaneamente.
Buenísimo trabajo, poeta.
Mis cariños.
Desde luego María, si no surge con espontaneidad y se ofrece con generosidad, habrá que llamarlo de otra manera. Gracias amiga.
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