Realmente nunca te conocí,
más bien me aferré al ideal que había creado,
tenía la imperiosa necesidad de sentir,
de tener un porqué de mis letras,
te pusé un pedestal,
de imaginé en el monte Olimpo junto a Zeus,
pero siempre fuiste tan sólo una simple persona más.
Creé un escenario romántico,
una obra teatral de la que nunca formaste parte,
te escogí egoístamente,
te dí, sin hacer casting, el papel principal,
puse en tus labios diálogos que,
nunca por voluntad propia, querías decir,
me enamoré de lo que creía
no de lo que eres.
Me enamoré de todas las palabras
que jamás dijiste,
de todos los besos
que jamás presenciamos,
de todas las caricias
que jamás sucedieron.
Ojalá esta historia hubiese tenido otras líneas,
ojalá hubiese sido escrita en otras hojas,
con otra tinta.
Nunca te tuve realmente,
pero mantuve cautiva tu ensoñación mucho tiempo,
así que, te dejo,
teóricamente en libertad.
Comentarios1
idealizar a las personas es el verdadero fallo, porque las personas no somos perfectas y como humanos que somos nos equivocamos, y tanto en la amistad como en el amor, hay que aceptar las personas como son realmente con sus defectos incluidos si quieres tener éxito, de lo contrario ocurre lo que te ocurrió Ariane, un placer pasar a leerte poetisa, saludos cordiales
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