La luna llamándonos,
el sol esperándonos.
Los dos en la cama,
los dos abrazados,
con la única luz de las estrellas
y el reflejo de la luna.
En una cálida presencia
provocada por el vacío de tu ausencia,
en un vacío inexistente.
Ahora tu subes,
yo en tierra estoy.
Tu libre en magnolias,
yo sumiso a cardos.
Yo en la estación del tren,
tu en un paraíso llamado Edén.
Los dos en el principio de un libro
de un inesperado final precoz.
Los dos unidos por un mismo corazón,
separado por un limbo de mal y amor.
La flecha de Cupido ahora sangra en mi pecho,
goteando está, regando así las rosas
de tu sábana fría.
Ahora la noche brilla más.
La luna, jubilada,
pues ahora tiene algo que vale más.
Ahora la noche te tiene a ti.
Comentarios2
Versos muy nostálgicos.
Llenos de tristeza que humedecen el alma.
Saludos
Versos de una melancolía tal que llena de tristezas. Igual es hermoso el poema.
Cariños
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