Yo y mi costumbre de perder la cordura,
De saludar a los fantasmas que me hablan,
Escribir cartas a desconocidos que son amigos,
O volar por el monte desnudo libre sin pasaporte.
Mis amigos se asustan por tanto cuento,
Por cada historia que me invento,
por problemas que no he resuelto,
No saben que así voy triste viviendo simple.
Me importan poco las habladurías,
Mientras pueda regalar alegrías,
Con la torpeza de mis vivezas,
Ayudando al prójimo a pensar sin pereza.
No soy hipócrita, será por eso que la sociedad me odia.
Digo verdades que duelen, y las mentiras que no existen.
Mis palabras son saetas en llamas,
Dispuestas a arder en el pecho de cualquier dama.
Mi locura va más allá de lo comprensible,
Mis movimientos no son predecibles,
Causo sentimientos irrevocables,
Se clavan en el fondo de los corazones,
Llenando de ilusiones cada una de sus mentes.
Soy el loco del tintero,
Que destruye ciudades con palabras,
Y conquista mujeres sin ganas,
Sobre todo abre puertas de la nada,
Creando mundos sin fronteras,
Donde la libertad es rutina,
Y la vida un sinónimo de alegría.
Camino lento por el espacio,
Sin prisa, a veces borracho,
No pienso más en mujeres,
¿Será por eso que me vuelvo loco?
O ¿será que me estoy volviendo cuerdo?
No lo comprendo, solo lo vivo,
respiro una palabra que me ayude
a crear una frase que me haga volar.
Y sin despedirme me voy sin más.
Comentarios1
Me ha encantado. Un abrazo...siempre digo que un punto de locura nunca viene mal.
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