Cimbreo sobre ideas inimaginables
que improvisan al aire
cubierto de escamas,
embriagado de primavera temprana.
Y no hace falta decir
que me dejo llevar,
adonde sea,
me dejo manejar
por la brisa calma de la mañana.
No pongo trabas al porvenir
porque entendí
que el futuro me alcanzará
cómo y cuándo a él
le venga en real gana.
Es tontería poner puertas
al campo, alambradas
al espacio sideral
o muros al hambre.
Por eso me dejo llevar
sin poner
cepo a mis pisadas,
zapatos a mi zancada,
profilácticos al respeto entre especies.
Y me dejo llevar
por el viento amigo,
por un viento compañero,
en la pena y en la alegría,
que salió cuando abrí
aquel día
mi oxidado maletero.
- Autor: luno ( Offline)
- Publicado: 9 de septiembre de 2016 a las 04:13
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 8
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.