Ese día aprendí que si podía amar tan intensamente como antes.
Descubrí en milésimas de segundos que no quería que se fuera.
Recuerdo como en una película cada momento que compartimos juntos.
¡Cuánto me tortura su sonrisa! Es mirar el arco iris sin poder alcanzarlo.
Su voz en mi mente a cada instante diciéndome que me ama.
Sus ojos negros clavados en mi alma por última vez.
Sangra mi corazón.
Ennegrecido por tu partida.
Palpitando por obligación.
Me siento muerta en vida.
Mirando un cielo hermoso que pinta de gris lo que un día llame sueños.
- Autor: Raquelgm (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 9 de septiembre de 2016 a las 15:55
- Categoría: Amor
- Lecturas: 40
- Usuarios favoritos de este poema: Verso&prosa
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