Solitario atardecer de este domingo
sumido en el silencio intimidante,
presagio de formas fantasmales,
ensayo reiterado de agonía.
Tarde invernal, voraz y fría,
con su copa de nostalgia y oquedad.
Atardecer del alma que llama y vos no estás,
soledad que lastima el corazón que arde.
Solo algo de tibieza en el recuerdo,
un toque de luz al pronunciarte
con la perenne armonía de tu nombre.
Y ahora, estas lágrimas saladas
que apagan las cenizas de la tarde...
Rosario 13 de julio de 2003
- Autor: Walter Kuhry ( Offline)
- Publicado: 10 de septiembre de 2016 a las 07:40
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 59
- Usuarios favoritos de este poema: eibaoga, kavanarudén
Comentarios3
Triste y lindo poema.
Gracias Genevieve....Saludos desde el sur del Continente
Una copa rebosante de nostalgia recubierta de dulce poesía. Cuánta belleza. Saludos
Gracias Melba, gracias por tus palabras
De esas copas tengo una amplia colección.
Cuán dolorosa la distancia, la ausencia que alimenta la cruel soledad.
Esa tarde eterna que nos recuerda aquello que pudo ser y.....simplemente no fue.
Un abrazo
Kavi
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