Tan pronto empezaste a ser feliz
que de hijos tu hogar llenaste,
con el susurro familiar,
de la juventud que dedicaste.
No conociste otros brazos,
otras canciones, otros ojos
donde anegarte.
Tan pronto empezaste a ser feliz,
que no viviste la juventud,
ni conociste amanecer fuera de tu hogar.
Pero de pronto un suceso,
un caminante lleno de versos,
secuestró tus memorias.
Día tiempo y frío como dagas de contento,
vives hoy y más de un día un secreto,
como de fugitivos las horas,
que tan pronto empezaste,
a vivir de nuevo, tu vida toda.
Como se vive como se agota.
Tan pronto empezaste a ser feliz,
que se te olvidaron los votos,
los latidos, los sollozos.
Y es que encontraste en la muerte
esa solución, esa vida nueva
entre sus huesos, y mis despojos...
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- Autor: Poeta Psibernético (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 12 de septiembre de 2016 a las 05:44
- Categoría: Amor
- Lecturas: 34
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z.
Comentarios2
Muy bueno su poema. Saludos,
Gracias por sus consideraciones Graciano es usted muy amable
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