Cornúpetas y astados

argantonio

¿Que vió Picasso, ese niño eterno

en el toro de Guernica, ese toro

que sufre doliéndose de la pica?

no vió que el toro vivía y vive en

un infierno, lo destetáron de su madre

a los pocos meses, y sus criadores dicen

demasiado vivieron para ser unas reses,

 

Ahora enbestirá a un trapo rojo,

y el pueblo le llamará !Bicho! sin

el menor sonrojo, los entendidos

volverán a su casa, como si vinieran

del circo sangriento, todo es alegría,

y nadie recuerda que el último bramido

era un último lamento.

 

Una vez más, Francia fue asilo de algunas

glorias, aquí se quedaron venerables escorias,

ellos fumándose un puro, y ellas con sus mantillas

a ese bicho !Dále duro! ellas sonríen, son mujeres

por eso chillan, ya se acabó la corrida. los tendíos se quedan

en silencio, hasta el próximo festejo, para los toros es duro el precio,

los arrancaron del campo, el toro mítico es tratado siempre con el más duro desprecio.

  • Autor: argantonio (Offline Offline)
  • Publicado: 12 de septiembre de 2016 a las 15:32
  • Comentario del autor sobre el poema: A pesar de vivir en una tierra considerada taurina, y de haber sido muy aficionado, he llegado a la conclusion, de que la corrida de toro, es un espectáculo innoble, nadie me prohibió ir a los toros, pero una vez, vi como un torero recibía una cornada, y perdía un ojo, después asistí a una corrida, donde Manolo Vazquez se despedía del toreo, consciente de lo que le debía al toro, le habló casi murmurando era tanto el respeto que le tenía, aunque fue magistral la faena, la música no sonó, y yo no volví a los toros, me gusta verlos como dicen algunos poetas, en su magnífica marisma.
  • Categoría: Reflexión
  • Lecturas: 43
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