Ardes, maldita sea como ardes.
Todo mi cerebro se disuelve cuando tú como una idea lo abrazas, y esa mezcla violenta entre imaginaciones y realidades gotea en mi interior y lentamente me quemas, nada sobrevive.
Cada vez que te siento como aquel incontrolable fuego que se acerca, busco entre lo que hago algo que te contenga y entonces el trabajo se vuelve importante, la rutina indispensable y el ocio una libertad de la que prefiero prescindir, a veces funciona, a veces sos más fuerte.
Ardes, maldita sea como ardes, los minutos se funden los devora mi pensamiento y al final soy sólo la brasa moribunda de una persona que se aviva con recuerdos inútiles, con tu ausencia real y dolorosa, con esperanzas vulgares de quien no acepta su vida tal y cual se da… se aviva el alma sin darse cuenta que se extingue en una llama mortífera, la esperanza es el lado más mediocre del alma.
- Autor: la flaca (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 13 de septiembre de 2016 a las 01:52
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 66
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