La dicha del momento,
la casualidad,
el encuentro,
razones para sonreir
y decir - que bello,
la vida también sorie.
El pasado formado
de sombras y nubes
te viene hoy
y te levanta.
Anda, yo te protejo
de la quemazón del sol.
Me saluda su cuerpo
y el tuyo muere,
en ese instante
renacimiento.
Se va su sombra...
y el sol también se ha ido,
llegó la noche,
soledad.
- Autor: Eber R. Guerrero (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 14 de septiembre de 2016 a las 01:36
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 44
- Usuarios favoritos de este poema: Hilgava
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