A MI PATRIA.

Un pequeño homenaje por los festejo del 15 y 16 de septiembre en México.

En todos tus detalles me enterneces

y en todos mis amores me dominas,

que no hay cielo sin ti hermosa mía,

ni lugar donde se calmen mis placeres.

¡Lejos de ti, te extraño en canciones;

y a tú tierra en sueños van mis viajes!

Que tú contienes a todos mis amores

y guardas en ti todos mis paisajes.

Pagas con creces a todos mis pesares,

pues a mi duelo consuelas con brebajes

de fabulosos sabores ancestrales

y de miles de matices de colores.

Y si el elixir etéreo es insuficiente,

ofreces el bello fruto de tú vientre

en la forma de mujeres tan hermosas

que hacen demacrar, hasta las rosas…

Te vistes de galana bajo el alba,

con colorido rebozo y sombrero,

y te cubres de misterio con la luna,

con sarapes y canciones junto al fuego.

Y en forma tan sutil vistes tus flores,

que todo el que te mira, se embelesa,

y en forma tan sutil das tus amores,

que todo el que se va… siempre regresa.

Tú cubres de melancólica tristeza

tus calles tan coloniales y latinas.

Y te ciñes a tú fúnebre esperanza

en iglesias retornantes y barrocas.

Más es de ti una marca indeleble,

la mezcla de gentes, pueblos y de razas,

mixtura que demarca ese gran temple

y que permite se fundan las culturas…

Cada vez que tú, en vuelo te levantas,

vuelves a caer con alas destrozadas,

y manchas de fiel sangre tus pendones,

oyéndose el clamor de los patriotas.

¡Y después de tantas luchas y querellas,

y de pájaros que trinan al revuelo!

Se escucha el cantar de tus doncellas

cantando siempre la épica victoria,

¡De ti… patria inmortal y seductora!

¡Tuya es mi vida, mío tú ensueño!

Tus ilusiones de justicia, igualdad,

de grandeza, de paz y pan de vida

que llene al pobre, igual que al rico.

¡Por ti patria querida, mi vida brindo!

Ya sea en el fragor de la batalla,

o en lucha de hacer de tú destino,

grandeza que perdure cual muralla…

En la hora mortal de atroz delirio,

tuyo ha de ser mi triste rezo;

que sueño contigo, entre mi lirio,

¡Y en cruel realidad!… ¡Soy todo tuyo!