¿Cómo quiero que me devores esta noche?
Bésame, sin pausas, sin tiempo
Has de tu lengua un órgano más de mi cuerpo
Clávala sin piedad en mi garganta
No permitas que mi boca no saboree
A chorros tu caliente, y venenosa saliva.
Desnúdame lento, tan lento
Que cada uno de mis poros respiren tus huellas digitales
Ya sabes de sobra que los complejos ante ti se niegan a ser desvestidos,
Acaricia mis miedos, que tus largos dedos se cuelen entre las cicatrices
Que dejaron de los partos, en los surcos de mis lágrimas
En el hueco del corazón donde reposan secretos,
Risas, pendejas moralidades, amores rotos y algo tuyo que se niega a marcharse
Por más que amablemente se lo exijo.
Roza mis pezones con la salvaje delicadeza de tus húmedos labios
Succiona lento, como si tu vida misma se alimentara
De la leche que hace años se ha secado en ellos
Hálalos suavemente,
Hazme arquear mi espalda de placer,
Déjame Ronronear en tu oído tu nombre como una gata en celo.
Resbala tu lengua, repta lento sin prisas,
Repta por los rincones que solo tú te atreviste a explorar.
Enséñame a ser una amante paciente, así mis jadeos
O mis manos vuelen hasta tu sexo, castiga mi ansiedad de ti
No me penetres aun por más que te lo pida,
Anula mis requerimientos, mis exigencias con un beso.
Acaricia, mi sexo.
Abre mis piernas ante ti
Cuélate con habilidad por mi sonrisa vertical
Juguetea con mi clítoris, tómalo entre las yemas de tus dedos
Quémalo lento con tu arcano tacto,
Mete tus dedos en mi abismo.
Gíralos ,como a las manecillas del reloj
Dame de nuevo juventud, que el placer que solo tu
Sabes recrear, dibuje nuevamente en mi alma la ambrosia de la vida
Que la voluptuosidad de tu carne me regrese la locura…
Ahora hazme cabalgar sobre ti,
Tómame de las caderas,
Que pueda hundirme en tus carnes
Lo hare lento, despacio como el vaivén de las olas,
Como la caricia a destiempo que te niegas en recibir
Déjame ser tu única dueña
Sé que tu propiedad es un espejismo
Solo tengo de ti estos minutos, esta pequeña muerte
Deja que atraviese mi débil humanidad con toda la rabia,
De saberte ausente, incapaz de amar, incapaz de sentirme
Más allá de las brumosas invenciones de mi embustera alma
Mas allá de la pasión contenida en un encuentro clandestino.
Yo también he de mentirte,
Soy la madre del pecado,
He dado luz a todas las falacias que quieras oír de mí.
Déjame reposar mis senos sobre tu cavernoso pecho,
Déjame gritar tu prohibido nombre.
Déjame buscar en tus falsos ojos
Mi reflejo
Mi grito
La que jamás he de ser para ti
La que me niego a ser para el mundo
El gemido catatónico que exijo arrancar de tu ser….
O la lagrima que te libere del exilio del odio sordo que
Escogiste como tu amo y verdadero señor.
- Autor: Catacerina ( Offline)
- Publicado: 14 de septiembre de 2016 a las 18:30
- Categoría: Amor
- Lecturas: 140
- Usuarios favoritos de este poema: sismico explorador, Mauro Enrique Lopez Z., El Silente Vagabundo, Bienvenidos, Sr.Prohibido
Comentarios4
Me ha encantado. No se puede detener hasta terminar. Como en el amor. Grato pasar por tus letras mi bella Catacerina.
Gracias a usted maestro.
Enhorabuena, magnifico, bravo.
¡Vaya noche!. Espero que los vecinos no llamaran a tu puerta en pleno éxtasis.
Mucho tiempo que no me pasaba por este portal, y en lo que paso me topo con este poema apetitoso, eléctrico... Muy buenas letras.
Saludos!
Hermoso!!!. versos lleno de ardiente pasión.
Mis saludos.
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