Te ofrecí
mis labios,
mi tacto,
mi cuerpo.
Mi totalidad fue tuya
a tu manera.
Sin reservas.
No hubo falsas promesas,
ni siquiera un adiós.
Nunca nos extrañamos.
Compartimos
una noche de soledad
y muchas ganas de vivir.
Nunca supe tu nombre,
ni tu edad.
Nunca observé tu rostro,
no me importaba.
Concedí porque así lo quise
y con eso basta.
Walberto Díaz
Derechos Reservados ©
- Autor: Walbertopoetry (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 16 de septiembre de 2016 a las 00:14
- Categoría: Erótico
- Lecturas: 64
- Usuarios favoritos de este poema: El Silente Vagabundo
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