Languidece la tarde, y el silencio
susurra tu nombre, persistente.
Las sombras se alargan desafiantes
en este perenne y diario duelo
en que la luz se declara perdedora.
En tanta soledad te reconozco.
Está tu piel entibiando mis recuerdos.
Están tus labios pronunciando mis deseos.
Están tus manos en el viento que despeina.
Está tu aliento en el aire que respiro.
No puedo tocarte, y la distancia
le ha robado a nuestras bocas
la fascinación del beso.
No puedo abrazarte, y la tarde
se inclina exangüe, atormentada,
sin siquiera imaginar lo que se siente
cuando al mirarte me veo en tu mirada.
Santa Rosa de Calamuchita, 21 de julio de 2003
- Autor: Walter Kuhry ( Offline)
- Publicado: 16 de septiembre de 2016 a las 06:34
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 53
- Usuarios favoritos de este poema: eibaoga, kavanarudén
Comentarios2
Sí señor, en la noche la soledad se hace más sola, los pensamientos aumentan y las miradas en lo oscuro ven lo que no quieren ver, me gusto tu poema.
Saludos.
Gracias Graciano...Saludos
Esa soledad que duele, que desgarra el alma.
Dos seres separados, distantes que una vez se amaron.
Nostalgia, tristeza, dolor.
Un gusto deleitarme en tus letras poeta.
Kavi
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