¡¿No te das cuenta que estás tirando tu vida por el sumidero
de la indiferencia?!
Le dijo Francisco a Soledad cuando coincidieron frente al
fregadero depositando los platos derrotados por la pugna
de cubiertos punzantes.
¡¿Por qué me dices eso Francisco, qué he hecho hoy?!
Sole, séme sincera por favor,¿Tú estás enamorada de Julio?
Creo que sí, ¡¿Cómo que crees que sí, sí o no?! inquirió Francisco.
No me gustaría que le hicieras daño a mi amigo, ni tampoco
a nadie pero más a mi amigo.
No sé, Fran, si es amor o necesidad, soy una mujer de treinta y tantos,
poco a poco se me pasa el arroz y necesito un padre para mis hijos,
¡quiero tener hijos, ¿Tiene eso algo de malo?!.
¿Crees que Julio es el tipo de hombre (no de padre) que tú buscas?
¿Qué te gustaría ser, qué te hace vibrar, qué te gustaría conseguir?
Ahora me pasa que mi instinto maternal no me deja contemplar el bosque
de mis deseos más esenciales, me han inculcado que una mujer que no ha
sido tierra fértil y productiva es menos mujer.
Como pueden comprobar, queridos colegas, desechamos la libertad en beneficio
de la apariencia, de la convención macerada durante siglos, de la seguridad,
del contrato.
El ego huye de la vida porque tiene miedo.
Miedo y Felicidad son enemigos cervales.
- Autor: Albertín (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 17 de septiembre de 2016 a las 15:18
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 28
- Usuarios favoritos de este poema: kavanarudén
Comentarios1
Palabras ciertas, sinceras.
El otro no puede ser una necesidad para mi.
Nos movemos entre prejucios perdiendo lo que realmente somos. Nuestra esencia, nuestro potencial.
Bien reflejado.
Un abrazo de mi parte
Kavi
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