Parece que siguen pasando capítulos de nuestra novela, pues creo que eres como uno de esos libros, de esos buenos libros, que te absorven y te transportan a un mundo donde no caben los problemas o las preocupaciones, aquel donde no se contempla la infelicidad, un mundo alejado de todo y muy cercano a la vez, ese hogar al que poder acudir siempre, un mar de palabras que te enseñan a amar a su narrador, ese del que no quieres desprenderte, en el que el tiempo se detiene para que podamos disfrutar de una eternidad efímera. Esos libros que quieres devorar para saber qué sucederá, pero a la vez deseas que no se acaben nunca. Y es que cuando paso la página y veo que otro capítulo más ha llegado a su fin, siento un vacío en el pecho y en la mente que sólo acrecientan la necesidad de comenzar el siguiente. Y así capítulo tras capítulo y semana tras semana, has llegado a convertirte en ese libro, en esa novela de mi mesita de noche que muero por leer una y otra vez, y en el que el fin de una página sólo significa el comienzo de otra aún mejor donde descubres cosas nuevas y extraordinarias.
"Mis reflexiones de sofá"
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