Tomados de la mano: pláticas y risas,
una rosa roja en compañía;
conocimos un poco de nuestras historias,
de los tiempos venideros;
el ruido de la población en sus deberes,
ajenos a lo que pasaba entre nosotros.
Una acera decorada con nuestros pasos,
entre el fragor aún oíamos el idioma
de aquella vereda antaño florida,
cuántas cosas nos contó aquella tarde.
Y la lluvia acudió como un comparsa;
como testigo silente;
sus gotas celebraban los instantes,
de cuando en cuando
encendidos por nuestro febril beso.
Nuestros cuerpos fundidos sin mesura,
agua salada de tus ojos,
el llanto de alegría por nuestro secreto:
nos cautiva
el secreto que guarda la lluvia en la tarde
- Autor: Jesús Oscar Ugalde ( Offline)
- Publicado: 18 de septiembre de 2016 a las 20:50
- Categoría: Amor
- Lecturas: 67
Comentarios1
Buenas letras! El llanto cuando es de alegría es sublime. Te dejo un abrazo...
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