La ciudad dormida...

Noche de tormenta ,noche de vendavales destructivos, me encuentro en la cama intentando dormir un poco, aunque la ventana esta cerrada se ven los refusilos de los rayos que salen desde el vientre de la tormenta, todo en conjunto no me dejaban descansar como deseaba, mi cuerpo sentía un cansancio atroz después de haber trabajado todo el día en la planta, en un intento para poder dormir puse un poco de música relajante intentando concentrarme en ella para no hacer caso lo que sucedía afuera. A punto de alcanzar el relax máximo algo me perturbo, comencé a sentir como algo caminaba por mi cabeza, inmediatamente abrí los ojos y me encontraba en plena oscuridad, y lo que caminaba sobre mi ya no se movía, intenté mover mis manos pero no podía, comencé a perturbarme sonaba la melodía y yo seguía sin poder moverme , cerré los ojos y al mismo instante sentí nuevamente que algo me caminaba por la frente y mi terror se confirmó cuando la luz de un relámpago alumbró mi habitación y lo que creí ver me dejo más helado aún, una araña enorme digna de las Tarántulas pero aún más grande tan grade como mi miedo en ese momento, intente calmarme para entender lo que le pasaba a mi cuerpo que no respondía a las órdenes de mi cerebro, cuando pude percibir que algo frío se deslizaba sobre mi pecho enroscándose lentamente en mi cuello, en esta ocasión rogaba para que no callera otro rayo porque ya presentía que una serpiente se acomodaba cómodamente en mi garganta, entonces me encontraba paralizado muriéndome de intriga sin saber que hacer y sintiendo a las criaturas que me dan más miedo paseándose sobre mi, sólo me quedaba intentar gritar para ver si alguien me escuchaba, y al abrir la boca salieron murciélagos que se prendían fuego al entrar en contacto con la fuerte ventisca que entraba por la ventana que se había abierto por los fuertes vientos, en un intento fallido de querer mover mis pies se movieron mis manos, como si mi mente estuviese totalmente desconectado de mi cuerpo, ahí creí tener la solución pensé en mover mis pies para que se movieran mis manos , y así fue,cada movimiento que pensaba hacer con mis pies mis manos respondían , una pizca de felicidad me daba esperanzas ,pero así no fue y a medida que mis manos se movían sentía algo  entre los dedos, algo húmedo y viscoso eran gusanos y pequeñas larvas, ya no entendía nada ya ni el terror mismo me alcanzaba para aterrarme, ya era la locura que se adueñaba de mi , me di por muerto entregado a lo que llegase a pasar después , esperando una estocada final que me sálvese de lo que me estaba sucediendo.

Desalineado mentalmente ya no podía pensar claramente y es que este incoherente parece ser algo verdaderamente cierto , de repente todo se convierte en luz, abro los ojos y me encuentro sentado en la cama, toco mi rostro para ver si algún bicho yacía en mi cuerpo  y me doy cuenta de que ya podía moverme libremente y de golpe miro hacía la ventana y el terror me termina de consumir, un pájaro negro se hace presente, de un tamaño similar a un hombre  promedio con brazos humanos y garras en sus patas, abre sus negras alas filtrando los rayos de luz convirtiéndolos  en pequeños destellos, extiende  su mano invitándome a ver todo el horror que se estaba viviendo en la ciudad , en el cielo se veía la forma  de una explosión nuclear ,desesperado queriendo ayudar a la pobre gente que gritaban en llantos las pérdidas de sus seres queridos ,me aserque a un cuerpo tirado en el suelo y de pronto un alma me toma de los pies y me pregunta ¿Por qué? Intenté correr pero aquel ángel negro me toma entre sus garras y se levanto en vuelo ,y desde la altura lo pude ver todo, fue un accidente ocurrido en la plata nuclear donde yo era el jefe de seguridad, quede en estado de shock, una ciudad en penumbras por culpa de un empleado descuidado eh inseguro que no hizo bien su trabajo en darles seguridad a todos. El pájaro negro aterriza en un lugar que parecía estar lleno de paz, una dama de blanco se hace presente y en sus manos parecía tener la solución a mi desilusión que me estaba llenando de dolor, para parar mi sufrimiento puso en mi boca unas cuantas pastillas, y a los poco minutos toda mi tristeza se convierte en una triste realidad, ajustan mi camisa de fuerza y todo parece estar en calma ya. Pero siempre a mi lado se encuentra un cuervo negro para que nunca olvide que por mi culpa aun llora toda una ciudad.