Hoy, yo soy la que contempla tu gris ausencia.
En mis recuerdos apareces diáfano y alegre.
Breves sonrisas, las tuyas, esas que se abrían
paso, entre la bruma, para llegar a mi regazo.
¡Cómo no evocar, si así vivo otra vez contigo!
En noches sin luna y sin ti, se aturde mi sentir.
Dueña nunca fui de nada, menos de tu amor.
Fue un oasis de ensueño, el que yo imaginé
a tu lado, sin pensar que no estabas ni cerca.
Nada más dulce, mi vida, que verte en mi cielo.
El ayer aún está sereno en mi alma, delirio es.
Siglos de ausencia han sido estas horas sin ti.
No son engaños de la emoción, es cosa de fe.
Pegaso de vuelo libre es mi vida en el éxtasis.
Miro desde la lejanía el devenir que no llega.
Sed de pasión por la vida y la muerte pido yo.
Desenfrenadas como las olas del mar de leva,
son los ímpetus que alberga mi pecho cuando
amo, como ahora estoy amándote, sin razón.
Delirante por el aroma celeste de tu piel vivo.
Pido, al Señor, no te asustes por mi franqueza.
No sé ser de otra manera y me acosa la ficción.
Melancólica es la esencia de los abandonados.
Talante de mujer sensible siempre he tenido.
Alma de alondra en sujeción he vivido contigo.
¡La hora del ocaso se hace visible, cuando las
ausencias de los amante, se viven en pasados!
Raiza N. Jiménez/ 20/09/2016
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Comentarios1
Hermoso y senaual estimada poeta.
Saludos y abrazos
Lita... Gracias por leerme , lo aprecio.Cariños..
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