Tengo el cielo bajo tierra
y atisbo a todos lados
con la mirada extraviada.
En un caravana de gritos
y remolinos de asfixia
no hayo el macizo.
Más bien tropiezo
con alas de mariposa.
Voy llegando a sus lares,
al cielo bajo tierra,
y me pierdo ensimismado
en estas manos endebles
que al romperse me exilian
nuevamente a la superficie.
Me trasiegan la esperanza
siempre a este mismo sitio.
Solo tengo mis manos
para descender pausado
por la profundidad del camino.
- Autor: Adolfo Flores Facundo ( Offline)
- Publicado: 24 de septiembre de 2016 a las 10:16
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 59
- Usuarios favoritos de este poema: Kalianali
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