Y ahí estaba de nuevo. Su rostro ahora vital y lleno de alegría.
Ya no recordaba el pasado, había olvidado vivir de él.
Murió y ahora volvía a nacer.
Sabía que era libre y que así permanecería siempre.
Agradezco - Dijo Fuertemente, mientras veía lo que era imposible ver.
Observó el Monte y se dirigió hacia él con paso seguro.
Allí estaba su verdadera conquista.
Aquel era el el lugar de su fortaleza.
- Autor: Victoria (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 14 de abril de 2010 a las 16:09
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 43
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.